Henri Ramonteu, una fuerte personalidad en Jurançon, ha construido y dado a conocer, en una generación, esta finca de 40 hectáreas situada en la zona de Monein.
Con mucha reflexión, ha desarrollado una gama de vinos secos y dulces que corresponden a dos estilos muy concretos: los vinos de entrada, accesibles en su juventud, de estilo franco; y las añadas de prestigio, mucho más concentradas y ricas, destinadas a la guarda.
Henri Ramonteu procede de una familia de agricultores que practicaban el policultivo tradicional del Béarn. En 1988, decidió vender sus vacas y abandonar el maíz. Será vino, nada más que vino, en la más perfecta inconsciencia.
Desde sus modestos orígenes, su camino le ha llevado a la Académie des Vins de France. "¿Te imaginas? Yo, un campesino, convirtiéndome en un académico". Al igual que Alain Brumont en Madiran, Henri Ramonteu no puede resistirse a comprar un terreno. Ha ido ampliando su finca mediante compras o arrendamientos, hasta llegar a las 43 hectáreas en laderas orientadas al sureste o al sur, como la que domina el pueblo de Monein, de la que procede la cuvée Quintessence.
Hace veinte años, Henri Ramonteu entró en el gotha de los grandes vinos del suroeste gracias a sus cuvées extremas de vinos dulces - elaboradas con uvas a veces cosechadas después del 1 de enero y ofrecidas a precios disparatados en aquella época.
Poco a poco fue reduciendo su producción de vinos dulces para concentrarse en los vinos secos. Su reto: poner sus vinos secos al nivel de los dulces, seduciendo al consumidor y valorizando su producción. Porque si los grandes vinos dulces son objeto de crónicas o de consumo ocasional, son los vinos secos los que dan vida a una finca tan extensa, con el 65% de la producción actual.
Formado en los deseos y gustos de los consumidores a través de ferias y degustaciones con su clientela, este viticultor ha optado por los vinos de fruta, muy aromáticos, menos ácidos, más suaves y de atractivo inmediato. Al menos en su gama de entrada. Para ello, se ha adaptado el proceso de vinificación. Para extraer lo mejor posible los precursores del aroma presentes en la piel de la fruta, las uvas se llevan en cajas y se introducen en una cámara frigorífica durante una noche a 8-10°C. Tras el despalillado, las uvas se someten a una maceración preferente bajo CO2 durante 12 horas, un estrujado y un prensado con separación del zumo en tres categorías. Se deja que el oxígeno se disuelva y que los polifenoles se desprendan, el sulfitado se realiza posteriormente.
Después de la decantación, los zumos se sembraron y fermentaron en cubas de acero inoxidable con temperatura controlada. El 20% de los vinos se somete a la fermentación maloláctica. Para la cuvée Canopée, elaborada al 100% con Petit Manseng, el zumo se fermenta en barricas tras el prensado directo.
En cuanto a los vinos melosos, la cuvée Ballet d'Octobre (gros y petit mansengs envejecidos durante 8 meses en barricas de 3 a 4 vinos) sigue el mismo proceso. Hay presión directa para los siguientes: Symphonie de Novembre (1ª prueba de petit manseng vinificado, envejecido 10 meses en barricas de un solo vino), Noblesse du Temps (2ª prueba de viñas viejas de petit manseng, fermentado y envejecido 18 meses en barricas nuevas), o el mítico Quintessence (9 hl/ha cosechados justo antes de Navidad, prensado durante 18 horas, fermentado y envejecido durante 18 meses en barricas nuevas), o el improbable Folie de Janvier, cosechado el año después de la cosecha, fermentado y envejecido durante 30 meses en barricas nuevas, a apenas 5 hl/ha.
Muy aromático, perfectamente seco, la boca redonda y flexible desarrolla una magnífica paleta de sabores afrutados y exóticos.¡Un vino de convivencia y placer!
El abuso de alcohol es peligroso para la salud, consuma con moderación.
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