Situada en San Martín de Valdeiglesias, cerca de Madrid, la Bodega Marañones es obra de Fernando García, ferviente defensor de los vinos naturales.
En la confluencia de la Sierra de Gredos y la de Guadarrama, su viñedo en pendiente, encaramado a 750 m de altitud, es barrido por un viento constante, condición ideal para la obtención de uvas sanas.
Además del valor paisajístico de la D.O. Vinos de Madrid, Fernando apuesta por el valor enológico de las variedades de uva que proceden de ella, como el albillo real y la garnacha noir.
La Bodega Marañones, fundada en 2008 por Fernando García, forma parte de la DO Vinos de Madrid (denominación de origen, el equivalente a nuestra AOC en Francia). Se encuentra a 70 km al oeste de Madrid, en la subcomarca de San Martín de Valdeiglesias, entre Toledo y Ávila y en la confluencia de la Sierra de Gredos y la Sierra de Guadarrama. La región es especialmente montañosa, con muchos valles aluviales. El clima es mediterráneo. Los veranos son calurosos, los inviernos fríos y largos. La precipitación media anual es de 650 mm, y las lluvias caen principalmente en otoño y primavera.
Los viñedos de la finca están situados entre 650 y 850 metros sobre el nivel del mar, en la vertiente norte, y la amplitud térmica entre el día y la noche es importante. Los viñedos de las laderas están especialmente bien ventilados, lo que reduce considerablemente las enfermedades criptogámicas (mildiu, oidio). Se trata, por tanto, de un terruño especialmente apto para el cultivo de la vid.
Las principales variedades son la garnacha negra y el albillo real (blanco), que proceden de selecciones masales locales.
La garnacha de esta región tiene una paleta aromática muy floral, con gran elegancia y delicadeza. La acidez está bien marcada y el vino tiene mucha mineralidad. Los rendimientos medios se sitúan entre 20 y 30 hectolitros por hectárea. Cada parcela se trabaja por separado y todas las fermentaciones se realizan con levaduras autóctonas.
Los blancos se someten a una maceración preferente y se prensan muy ligeramente. Tras un reposo natural de 24 horas, los vinos se envejecen sobre lías finas en barricas de roble francés de 500 a 700 litros durante 8 a 12 meses.
Los tintos se fermentan principalmente con uvas enteras en barricas de roble francés de 30 a 45 hectolitros. La maceración delicada, el bazuqueo, la fermentación a baja temperatura con levaduras autóctonas y la fermentación maloláctica en cubas son las principales características de la elaboración de los vinos tintos en la finca.
Una bella y sabrosa textura para este coupage dominado por la garnacha en una añada soleada.
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