Esta finca, creada en 2006 por Francisco Javier García Núñez y Roberto Santana, está situada en la isla de Tenerife (Islas Canarias), en el corazón de la denominación de origen Valle de la Orotava, una zona de famosa tradición vinícola.
El viñedo de 9 hectáreas, formado por cepas centenarias plantadas en cordón trenzado, está situado entre 350 y 700 metros sobre el nivel del mar, en las laderas volcánicas del norte de la isla. La mayor parte de la finca está formada por viñas centenarias.
Francisco Javier García Núñez y sus hijos Jonatan y Francisco, que provienen de una familia de larga tradición vitivinícola, crearon Suertes de Marqués en 2006, manteniendo la tradición agrícola de la región. Con esta idea, comenzaron a elaborar vinos centrados en la calidad y producidos exclusivamente con variedades de uva autóctonas de Canarias. En 2008 se incorporó al proyecto el enólogo Roberto Santana, que anteriormente trabajaba para la bodega Casa Castillo de Jumilla.
Situada en las medianías de La Orotava (Las Suertes), la bodega cuenta con un viñedo de 9 hectáreas. La mayor parte del viñedo está formado por cepas centenarias de Listán blanco y negro cultivadas según el particular sistema de cordones múltiples; el resto del viñedo está formado por cepas jóvenes y viejas de variedades autóctonas (pedro ximenez, tintilla de rota, baboso negro) cultivadas en espaldera y cordón trenzado
La propiedad cuenta con 21 parcelas identificadas según la composición del suelo, la orientación, la altitud y la temperatura. Cada parcela se analiza, controla, trabaja y vinifica por separado. Este proceso permite que cada vino refleje la personalidad del suelo. La finca interfiere lo menos posible en el proceso de elaboración del vino y utiliza cubas de hormigón abiertas y sin revestimiento y cubas de roble francés para la fermentación y la maduración.
Vino jugoso con aromas de frutas rojas frescas como la grosella, muy expresivo. En el paladar, es muy accesible pero al mismo tiempo complejo.Un vino sabroso, elegante y grácil con un bello final mineral.Una expresión pura del terruño volcánico de la isla.
Expresión pura de microparcelas volcánicas.Muy volcánico, pedregoso y sabroso, con taninos muy finos y sabores precisos.Elegante, aterciopelado y dinámico.
Aromas de frutas blancas, con notas cítricas y un toque de sal. El paladar es vibrante, rico y seductor. Un vino con buena acidez, fresco y con un final ahumado.Gran complejidad de un hermoso terruño volcánico.
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